viernes, 15 de junio de 2012

Viaje por una ITV: 2ª fase, Gerês

La segunda parada de nuestra aventura fue totalmente diferente, cambiamos las ciudades por el Parque Nacional da Peneda-Gerês. A medida que nos adentrábamos en el paraje nos quedábamos más impresionados. Pasamos por la Albufeira de Caniçada:


En los márgenes del embalse había embarcaderos, bares, zonas de acampada, casetas con material deportivo, náutico, indicaciones para practicar senderismo, realizar rutas a caballo, alquiler de casas, ... Todo parece indicar que es un sitio magnífico para disfrutar las vacaciones de verano en plena naturaleza.

Llegamos a la población de Gerês, un pequeño pueblecito de montaña con Hoteles Termales y poco más. Hicimos acopio de provisiones en un minimercado carísimo, pero bueno, merecía la pena.

Esa noche la pasamos en pleno corazón del Parque Natural, en una área de campismo con sólo 3 vecinos: dos caravanas y otra tienda de campaña. Al principio no estábamos muy convencidos, pero nos dejamos embaucar por el sonido y el color de la naturaleza. Inspeccionamos el terreno, instalamos nuestra casita y preparamos la cena. En las barbacoas de obra había pequeñas parrillas y leña. Perfecto. Todo lo que necesitábamos, si no nos hubiese tocado comer las salchicas crudas. La leña estaba un poco húmeda y para asar cuatro salchicas hicimos una humareda que nubló todo el paraje natural, (jeje). 




Mientras cocinamos vimos árboles asombrados por nuestra presencia. Creemos que querían comerse nuestra cena.

Por el camping baja el río Gerês con gran fuerza. Su sonido era fuerte, pero poco a poco desaparecía y sólo oíamos los pájaros o el movimiento de la hojas. Desde la tienda, mirando hacia arriba sólo se veía un trocito de cielo y el pico de una montaña bastante alta. Estábamos rodeados de naturaleza pura.

A la mañana siguiente no queríamos salir de este paraje. La carretera que nos conducía a España nos hizo parar 3 veces en el primer km. hasta que dijimos basta, pero es que no queríamos perder detalle de todo lo que nos rodeaba:

   

 
Pasamos la linea imaginaria que separa Portugal de España y el paisaje seguía siendo impresionante. Bordeamos el embalse de las Conchas, vimos paisajes espectaculares y caballos salvajes. Hasta llegar a la autovía fuimos por unos caminos preciosos.


 Algún día nos gustaría volver y pasar más tiempo explorando este precioso lugar.
Aquí en Portugal hay muchos parques naturales, pero este es el único con categoría de Parque Nacional.

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