domingo, 26 de febrero de 2012

Una razón más para venir

Después de la experiencia cicloturista hemos tenido tiempo de hacer otras cosas, como ir a pescar, tomar el sol y tener ideas brillantes. Una de las tareas que nos ha mantenido ocupados se debe a que nuestra terraza nos pedía una tumbona para reposar después de comer ya que el tiempo por aquí es inmejorable estando en febrero. Como el dinero escasea y la creatividad aumenta hemos fabricado una tumbona para dos personas con tres palets. Para añadir confort a nuestro mueble le hemos puesto el colchón del sofá-cama y su correspondiente tela para que sea más apetecible tumbarse. Nuestra genial idea está diseñada para adoptar tres posiciones: totalmente tumbado, un poco reclinado perfecto para tomar el sol, y un poco más inclinado ideal para leer. Cuando nos veáis ya sabéis a qué se debe nuestro moreno facial. Las primeras siestas dan a este invento un valor de 10 sobre 10.






 Sencillo, económico y muy cómodo.
¿Qués os parece?
¿Os apuntáis a la moda del palet?

Aprovechando este post, decir que también hemos reutilizado las cajas de madera para fruta y derivados como mesitas o como cestos para guardar leña. Ya nos pediréis las instrucciones.

sábado, 25 de febrero de 2012

O Caminho Português de Santiago. Día 5.

10/02/2012

Día 5: Padrón – Santiago de Compostela à 28 km

Cuando salimos del albergue todavía es de noche y parece que hace más frío que ayer. Mientras desayunamos empieza a clarear el día. Empezamos a pedalear y nos econtramos un poco confundidos por las indicaciones del Camino que nos obligan a cruzar repetidas veces la nacional. Finalmente, nos adentramos y circulamos entre campos de cultivo. Todo está blanco, helado. Miramos la temperatura, -2ºC. Eso es lo que marca, pero la sensación térmica es menor ya que el sol está tapado por las montañas.  
 




 




Según nuestros cálculos, la hora de llegada a Santiago se estima sobre las 11:30. Esta etapa la realizamos hasta el final siguiendo las flechas por camino. Sigue siendo un paisaje de cuento. Llegando al final atravesamos un puente desde el que ya vemos Santiago y la catedral. Después el camino se convierte en un estrecho pasillo pasando entre casas, arbustos, árboles y muchos zigzags. La entrada a Santiago se hace por la carretera atravesando Conxo y en subida. De repente veo que al portaobjetos de Lucas le pasa algo, pero no se muy bien el qué.
Ya estamos en Santiago, entramos en el corazón de la ciudad. Las calles están repletas de gente. Sorteamos a los peatones y entramos en la plaza del Obradoiro.  La Catedral a nuestra derecha. Mi hermano tumbado en el suelo capta el momento de la llegada con su cámara. Hemos llegado victoriosos y a la hora prevista.

Es el momento de la foto. Tranquilidad por haber llegado sanos y salvos, pero al mismo tiempo siento nervios al econtrarme de nuevo frente a La Catedral, junto a mi hermano y Lucas. Recuerdos de la primera vez que estuvimos allí. Ya ha pasado todo. Ahora no hay dolores. Sólo tenemos ganas de un buen bocadillo. Tras pensamientos varios decidimos ir al coche a dejar las alforjas. Justo entonces el portamaletas de Lucas se quiebra del todo. ¿Cómo es posible que haya aguantado hasta ese mismo momento?
  



Ahora, recordamos la expedición con cariño, a pesar de los momentos duros y los dolores. Es una experiencia que recomendamos a todos los lectores. Animáos a descubriros y a la aventura. Nosotros ya tenemos ganas de explorar nuevos caminos.

jueves, 23 de febrero de 2012

O Caminho Português de Santiago. Día 4.

09/02/2012

Día 4: Redondela – Padrón à64,4 km


Salimos del albergue, aún es de noche, son las 8:15 de la mañana y hace muchísimo frío. Encontramos un bar abierto para desayunar. Detrás del mostrador, una larga melena rubia digna de anuncio de amazonas y perfumes estaba preparando cafés. Al decir buenos días, se gira un pequeño elfo heavy.

Ría de Vigo
El día de hoy lo empezamos por camino, poco a poco entramos en calor, pues el primer tramo predomina la subida, sobre todo pasando el pueblo de Arcade. Las flechas marcan un camino entre calles estrechas y súper empinadas que acaban llevándote a una carretera por la que podrías haber atravesado el pueblo evitando terribles cuestas. Pero bueno, así entramos en calor. Después de esto y como es costumbre el firme se complica, es más de trial, bonito pero difícil. Una de las imágenes más bonitas es la Ría de Vigo desde el camino, rodeada de árboles y contemplando la naturaleza.

Tras los primeros 10 km Lucas empieza a resentirse de un dolor en la rodilla de la pierna derecha, según el diagnóstico del enfermero de la expedición, parece una tendinitis. En ese momento, Vicente sugiere un cambio de planes: llegar a Pontevedra y descansar, alargando un día la aventura. No nos queremos arriesgar a una lesión peor. A ver si se nos queda cojo el chiquillo, pobrecito. En fin, unos minutos de relax y proseguimos la marcha. Alcanzamos el Alto da Canicouva y bajamos hasta Pontevedra. Son aproximadamente las 11:30 y los tres tenemos muchísima hambre, de modo que paramos en un bar que nos recomendaron “Taberna da Avoa” (se pasa por delante siguiendo las flechas amarillas). Almorzamos un buen bocadillo, es decir, media barra de pan gallego para cada uno. Lucas se ve fuerte y tras su chute de ibuprofeno no se resiente de la pierna, de modo que decidimos continuar hasta el objetivo del día, Caldas de Reis. Esta segunda parte parece bastante llana, según los perfiles que saqué de internet.

Pontevedra

Hay momentos que seguir las flechas parece un chiste, cambiando entre nacional y camino. Llegamos a uno de esos cambios y vemos un letrero de bebida. Es una tienda-bar con mucha variedad. Tras hidratarnos le preguntamos a la señora Maruja en qué punto nos encontramos, yo ando un poco desorientada. Estamos en Barro y, según Maruja, Caldas de Reis queda a unos 8 km. Como es temprano, nos vemos fuertes y con ánimos decidimos pasar de Caldas y llegar hasta Padrón pero por nacional, así sabemos que llegaremos más rápido.

De repente nos encontramos con un fuerte viento de cara en una nacional y en subida, una subida del 6% que se prolonga durante muchos quilómetros. Vicente, a partir de aquí se convierte en el líder irrefutable de la manada, pues a lo lejos veo sus fuertes gemelos como avanzan mientras yo lucho contra el viento. Para mí, este se convierte en el peor tramo de toda la expedición a causa del viento, los camiones y un dolor terrible en la rodilla. Lucas detrás de mí, dice que pare y descanse, pero “no quiero” y continuamos.
A lo lejos se ve a mi hermano, parado. Parece que la subida se termina. Paramos los tres, toca un poco de avituallamiento, sobre todo para mí siguiendo los consejos de los dos hombres: un platanito y un ibuprofeno.

Seguimos el trayecto pero la subida no ha terminado, hay pocos tramos de bajada que pasan enseguida. Más adelante paramos en otro bar de carretera para reponer glucosa y preguntar. Al parecer, ya sólo faltan 8 km para llegar a Padrón y en bajadaaaa ¡yuhuuu! Antes de Padrón, se encuentra Valgas, paramos para sellar nuestras credenciales en el albergue de peregrino (uno de los más nuevos del camino) y de paso hacemos amistad con un amigo de 4 patas y un peregrino de bronce.

La llegada a Padrón parece casi la meta, mas por el homenaje gastronómico que nos esperaba esa tarde, con inauguración de la taberna O Pimenteiro incluida. Por cierto, los pimientos son de temporada, con lo que nos quedamos con las ganas de probarlos, habrá que ir a partir de primavera.

Una curiosidad más, el nombre de la villa de Padrón viene de la piedra que hoy en día se encuentra en la parroquia de Santiago de Padrón. Esta piedra tuvo la función amarrar el barco que transportó el cuerpo sin vida del apóstol hasta el puerto de Iria Flavia.
  
El Pedrón

Convento y fuente del Carmen
Padrón

miércoles, 22 de febrero de 2012

O Caminho Português de Santiago. Día 3.

08/02/2012

Día 3: Rubiães – Redondela à 53,5 km

            El primer tramo de la jornada transcurre por el camino, pasando entre frondosos bosques y el suelo cubierto por hojas secas. El agua emana de cualquier rincón. Es precioso. A pesar de los pocos km que quedan para la frontera el camino nos impide avanzar rápidamente. Hay momentos que el firme se compone por grandes rocas y resulta difícil mantener el equilibrio sobre la bici, por lo que toca bajarse y caminar.




Felizmente llegamos a Valença do Minho, atravesamos el puente internacional y llegamos a Tui (España). El río Miño hace de frontera entre estos dos hermosos países. Siguiendo las flechas subimos hasta lo alto de Tui, donde se encuentra la enorme Catedral que veíamos desde el puente.

Rio Miño

Catedral de Tui


 Sólo llevamos 20 km aproximadamente, así que continuamos hasta Porriño, pero por carretera para adelantar, ya que este día hemos perdido una hora al cruzar la frontera ¡caramba! El camino transcurre por nacional en algunos tramos llegando a un inmenso polígono industrial (el más grande que hemos visto en la vida) por el que atraviesa la peregrinación, ¿pero esto a quien se le ocurrió? Nosotros porque vamos en bici, pero pensando en los que van a pie resulta bastante frustrante encontrarte con semejante panorama. El hambre empieza a aflorar, Lucas empieza a ver pájaros donde no los hay. Paramos en el primer bar de carretera a la entrada de Porriño pero como tardan una eternidad en atendernos nos vamos. A todo esto, no nos queda dinero suelto por lo que tenemos que buscar un cajero y un bar, bueno, no es muy difícil encontrar estas cosas en España. Mientras los hombres están sacando dinero, Elia se topa  con una foto en la puerta de un bar que dice HOY COCIDO. ¡SALVADOS! ¡BIEEEEEEN!. Este es el sitio donde comemos sin duda. Buena elección: callos, lacón, ensaladita rica y bien atendidos.

Un poquito menos de la mitad para la meta
 




Ayuntamiento de Porriño
Con las pilas recargadas continuamos la marcha y vemos el edificio del Ayuntamiento de Porriño. Una pasada. Los 15 km restantes los hacemos por nacional hasta llegar a Redondela. Llegamos temprano en comparación a los días anteriores, aun adelantando el reloj una hora. El albergue está en el centro del pueblecito, es una maravilla ¡todo exterior! y de piedra piedra. Es un edificio público que ejerce función de biblioteca y pequeño museo. Tenemos calefacción y baños nuevos. Hoy dormiremos calentitos sin necesidad del estrecho saco. Vamos a dar una vuelta por Redondela y a tapear. Buenas costumbres conservan en Galicia, tapita gratis con tu bebida. Llegamos al albergue y tenemos compañeros de habitación, cuatro peregrinos a pie que se han ido uniendo a lo largo del camino. Una española, una checa, un italiano y un brasileño. Nos contamos las anécdotas del viaje con el tema principal de dolores de pies y culos. Tras la tertulia, ¡venga! a dormir. En este albergue toca salir a las 8 de la mañana.



Albergue de Redondela

Ayuntamiento de Redondela

viernes, 17 de febrero de 2012

O Caminho Português de Santiago. Día 2.

07/02/2012

Día 2: Barcelos – Rubiães à 57,5 km

Los Gallos de Barcelos
Albergue de Barcelinhos
Grupo Folclórico
Hemos dormido mucho y de maravilla. Desayunamos y empieza el segundo día con el culo dolorido por el ¡maldito adoquín! Amanece nublado pero sabemos que no lloverá, sólo nos persigue una nube inmensa durante casi toda la mañana. Antes de despedirnos de Barcelos damos una vuelta para fotografiar el famoso Gallo de Barcelos.

Según he leído, hoy es la etapa más dura del camino.  


Ponte das Tábuas

Las ovejitas

¡Bajada sobre asfalto! ¡Yupiiiiiii!

En el primer tramo de la etapa vamos sobre adoquín, senda y asfalto. Siempre por camino entre aldeas, campos y bosques. Cada vez que tocamos asfalto nos alegramos, y si es en bajada todavía más. Con los ánimos decayendo por el cansancio y el hambre llegamos por fin a Ponte de Lima. Llevamos 34 km aproximadamente y son las 14h.  

Ponte de Lima

Puente sobre el río Lima
Ponte de Lima

En la comida acordamos acabar esta etapa por carretera. Nos han advertido que el tramo de Labruja por el camino de peregrinos es imposible subirlo sobre la bici debido a las grandes rocas y a la inclinación del suelo. Así que los 19km restantes, (14 de subida continua) los hacemos por una carretera secundaria, la cual estaba transitada por camiones de gran tonelaje que se dirigían a las distintas canteras de granito que existen en esa meseta. Cuesta subir recién comidos, con el peso de las alforjas, la pendiente, mi plato pequeño que no entra, los camiones y algún coche que pasa demasiado deprisa. Sigue la subida y a la izquierda de la carretera pasamos hitos que indican los quilómetros que quedan para España (veinte y tantos, ya queda poco de subida). Aún a pesar de todo el tránsito hemos visto caballos salvajes comiendo en el arcén de la carretera, que al vernos salieron corriendo adentrándose en el frondoso bosque. También vacas marrones con cuernos larguísimos. 

Yo me bajo que veo
una caída peligrosa
a la izquierda
Finalmente llegamos a la cumbre y descendemos hasta Rubiães. Está atardeciendo. Encontramos el albergue y compartimos habitación con dos asiáticas – madre e hija imaginamos -. Llevan 51 días caminando por el camino francés y ahora por el portugués con destino Oporto. Mucho mérito. 

El final del camino está
cada vez más cerca

Hoy ha sido un día duro de verdad. Se acumula el cansancio del primer día, el sufrimiento de los adoquines y la interminable subida de hoy. Como el pueblo no ofrece nada para ver cenamos de picoteo en el albergue y a dormir.


Ir por camino es más bonito pero tardamos el doble de tiempo que por carretera y el triple si hay que subir con la bici a cuestas.
 

Imagen de postal

Durante el camino nosotros seguimos las flechas amarillas que indican la peregrinación a Santiago, pero también vemos flechas azules en dirección contraria que señalan la peregrinación a Fátima.






jueves, 16 de febrero de 2012

O Caminho Português de Santiago. Día 1.



06/02/2012

1ª Etapa: Oporto - Barcelos ->  54,6 km.


Empieza la aventura como es lo normal, un poco tarde, hay que equipar las bicis con sus alforjas, luces, las vieiras, el mapa, los sacos, todo ha de estar bien atado.
También como siempre, hay que salir de la ciudad que no resulta difícil, pues está muy bien indicado con flechas amarillas, sólo hay que estar un poco atento a los zócalos, señales o postes de la luz. El único inconveniente es que para salir en bicicleta nos encontramos con muchas calles de dirección prohibida. Pasado Maia atravesamos el primer puente romano del camino. Justo después tenemos que cruzar una carretera nacional con mediana en medio. Levantamiento de bici con las alforjas, ¡pesa mucho! Tras este imprevisto empieza la subida sobre adoquín. Hay momentos que la rueda de adelante casi no toca el suelo debido al peso de las alforjas. Ese es el momento de bajarse de la bici y empujarla, que cansa más. El camino transcurre entre carreteras secundarias con poco tráfico, algún tramo de senda, pero la mayoría es adoquín. La primera parada oficial en Vilarinho, es hora de comer. Retomamos fuerzas, pero vamos bastante retrasados respecto a lo previsto. Entre la salida de la ciudad, rellenar de agua los biberones, una alforja que se cae, un cambio que no va del todo bien, los adoquines, las paradas para fotografiar el entorno, sellar la credencial… pequeñas cosas que van comiéndose el tiempo.
  
La verdad es que el paisaje bien merece la pena detenerse y contemplarlo. Grandes prados verdes con ovejas, vacas, cabras, pequeños bosques de pinos, eucaliptos y mimosas. También lo merecen las iglesias, ermitas y construcciones típicas de la región.



La segunda parada es en São Pedro de Rates para visitar su iglesia románica. Antes de llegar, en una casa a mano izquierda puedes ver una representación a escala de la iglesia. Es realmente curioso.


Iglesia románica S.Pedro de Rates
 
Poco a poco y con muchas ganas vamos acercándonos a la meta del día, Barcelos. Una vez allí y maravillados con el encanto de este municipio nos dirigimos a la oficina de turismo donde nos aconsejan alojarnos en Barcelinhos, en unas instalaciones que pertenecen a un grupo folklórico regional. El sitio y la atención son perfectos, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones en las que llegamos. Estamos muy cansados, con dolores, sólo queremos ducharnos y descansar. Nuestros compañeros de cuarto son dos hermanos californianos con los que conversamos sobre muchas cuestiones diferentes e interesantes. El día finalizó felizmente con el detalle de mi hermano, pues además de la bota de vino trajo dos fiambreras llenas hasta los topes de jamón serrano, chorizo-pamplonés, queso curado y queso tronchón (el único que comía de pequeñita). Una delicia de cena. Antes de dormir recorremos el centro histórico de Barcelos, cruzándonos con los Gallos que decoran la ciudad y recuerdan la leyenda que dice así:
Un peregrino gallego que pasaba por Barcelos camino de Santiago de Compostela fue acusado de robar por lo que fue condenado a la horca. Como última voluntad pidió ver al juez, quien se estaba comiendo un gallo asado. El peregrino dijo al juez que era inocente y como muestra de ello, el gallo se levantaría y cantaría. El juez ignoró estas palabras. Sin embargo, justo en el momento que estaba siendo ahorcado, el gallo se levantó y cacareó. El juez, al darse cuenta de su error fue corriendo hacia la horca descubriendo que el nudo estaba mal hecho por lo que el peregrino se salvó. El gallego volvió años más tarde y esculpió el crucero del Señor del Gallo, que se puede ver en el Museo Arqueológico de Barcelos, junto a la Iglesia matriz. 
   
Entrada a Barcelos

Crucero de la leyenda