Al día siguiente de la Feria en Santarém nos acercamos a Lisboa. Comimos en la casa de pasto "Eurico" en el barrio de Alfama. Después de una merecida siesta a la sombra nos acercamos a ver los barcos y el ambiente de la Volvo Ocean Race. Nos hubiese gustado quedarnos a ver la salida del domingo, pero nos conformamos con ver los barquitos amarrados.
Dimos un paseo por las instalaciones, curioseamos todos los stands que ofrecían merchandising y vimos el ensayo del concierto que Rui Veloso iba a dar por la noche.
La presencia española se hizo notar cuando un grupo de treintañeros se acercó al barco de Telefónica cantando a través de un altavoz. Los que estaban a bordo siguieron el cantico con coreografía inclusive. Sin duda, eran familiares y amigos de los navegantes.
De vuelta hacia Peniche, iniciamos el camino por la costa ya que Lucas me quería enseñar un pueblecito con encanto que había visto por internet. La pena fue que el tiempo no acompañaba, empezó a nublarse. Llegamos a Azenhas do Mar, una pequeña población pero con una curiosidad que no se puede apreciar en la foto. En la parte de la derecha de la fotografía, por la zona verde transcurre un río que ha creado piscinas naturales hasta desembocar en el mar. La imagen es bien bonita y puedes bajar entre arbustos y flores hasta la piscina artificial que han creado con agua del atlántico. Debe ser bastante curioso y divertido tomar el baño en esa piscina. Los alrededores eran bastante rocosos por lo que las olas rompían con fuerza contra la piscina.
Azenhas significa molino, y es por lo que realmente este pueblo se caracteriza.
Antes de tomar la autopista nos acercamos a Ericeira, otro pueblo de playa. Este es más grande y más turistico. Nos llamó la atención un camping con unas casitas de madera bajo un bosque frondoso y vistas al oceano. Un auténtico privilegio. Si no podemos visiarlo este verano, nos guardamos este destino para un próximo viaje.
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