lunes, 30 de enero de 2012

Restaurante O Truão

Con la excusa de ir al restaurante donde trabaja nuestro amigo António visitamos las ciudades de Santarém y Fátima. La primera, bañada por el río Tajo, es conocida como la Capital del Gótico por los innumerables edificios construidos en ese periodo. No tuvimos mucho tiempo para disfrutarla, sin embargo nos gustó mucho el Mercado Municipal por su fachada con paneles de azulejo blanco y azul;  y el Jardín Porta do Sol, un magnífico mirador en el que todavía se conservan las murallas de la antigua alcazaba de la ciudad. Tras el breve paseo seguimos de camino a Fátima, en concreto a Boleiros al Restaurante O Truão.


Entramos en un pequeño comedor con la chimenea encendida, las paredes son de piedra oscura, las ventanas y algunos farolillos son vidrieras de colores, las mesas de madera oscura y bancos alargados, símbolos de caballeros, ... . Parecía que estuviésemos comiendo dentro de un castillo.
Nos dejamos aconsejar por António y probamos los churrasquinhos de morcela e chouriço, el bacalhau à Lagareiro y el borrego à tia Bia bañado por un vino tinto de la región de Ourém. Los postres estaban expuestos en una mesa redonda y podías ponerte todo lo que quisieras. La comida estaba deliciosa, todo aderezado con un aceite de oliva exquisito que ellos mismos producen.

Restaurante O TruãoEste Restaurante es una reconstrucción de un antiguo molino de aceite, con el sistema romano de prensado de la aceituna. Es una casa de piedra enorme con diferentes espacios y salas preparadas para abarcar todo tipo de eventos, incluso música en vivo. Mientras caminábamos por las salas no dejaba de pensar en mi hermano vestido de cavaller. Seguro que este sitio le encanta y se imagina igual que yo una jornada gastronómico-temática.

Como dato de interés, apuntar que este restaurante ha recibido diferentes premios y distinciones gastronómicas, así como la presencia de personajes ilustres tanto a nivel nacional como internacional. ¡Ah! El significado de O Truão es El Bufón.

Si queréis saber un poquito más aquí os dejo el link para que paseéis por sus salas y averigüéis quién ha pasado por este sitio magnífico.



Por la tarde, António nos mostró el Santuario de Fátima y nos explicó muchas cosas interesantes relacionadas con el Santuario y el pueblo. Muito obrigada, António! Sempre aprendemos com você.

domingo, 29 de enero de 2012

Segundo Semestre

La época de exámenes acabó con éxito, todo aprobado y con buenas notas. Las clases no se retoman hasta finales de febrero, así que tenemos previsto realizar unos cuantos viajes por este fabuloso país. 

Esperamos que os guste y os animéis a visitarnos a nosotros y a todos estos lugares.


viernes, 27 de enero de 2012

Casualidades

El camarero que nos atendía hablaba un español con cierto acento andaluz. Le preguntamos si lo había aprendido por la afluencia de turistas españoles. El se río y dijo:
- ¿Crees que esto se aprende trabajando?
- Eres español.
- Casi, he vivido en Valencia durante muchos años.
- Vaya nosotros somos de Castellón.
- Ah! Benicásim, Oropesa, ... muy bonita aquella zona.
- Nosotros vivimos en Benicásim.
- Anda, no me digas. Yo soy muy amigo de tal, del otro, estuve trabajando en el Restaurante Don Ros. Me acuerdo de tal persona, de aquel bar, de ..... qué buenos momentos pase en aquella época.

Después de contarnos sus viviencias por aquellos lares hace unos veinte años nos invitó a unos carajillos "quemaos". Los mejores que probaremos en Portugal, sin duda.

Gran personaje, Toni el portugués.


jueves, 19 de enero de 2012

Naturaleza

Los campos están repletos de flores amarillas y tréboles
Ayer salimos de nuevo en bicicleta por el Barragem de S.Domingos. Hizo un día precioso, parecía primavera. A medida que nos adentrábamos en aquel paraje dejábamos de oír los ruidos de la ciudad para encontrarnos con los de la naturaleza. Lo primero que vimos fueron unas ovejas y unas cabras pastando, alrededor campos de coles. Esta vez el terreno estaba seco, sólo nos encontramos con pequeños charcos o barrizales que pudimos esquivar y no pringarnos. Pasamos por debajo de pinos, eucaliptos, encinas y robles. Casi llegando al final vimos dos cisnes, uno negro y otro gris, que se echaron a volar al notar nuestra presencia. Una vez encontramos el final del camino nos paramos a descansar un ratín. Nos sentamos y contemplábamos aquel sitio privilegiado, rodeados de campos, flores, árboles, el lago y silencio. Sólo oíamos como saltaba una rana al agua, y veíamos como los peces se movían cerca de la superficie. Tumbados veíamos el cielo azul, sin nubes, en calma. Cuanta paz y tranquilidad, qué placer. Lucas se hubiese quedado ahí hasta el atardecer. Nos pusimos en pie y vimos otro rebaño de ovejas pastando que se acercaba rápidamente, así que nos apresuramos a salir de allí. De nuevo en ruta vi a un conejito cruzar el camino con pequeños saltitos, qué bonito era. También vimos patos nadando, uno de cabeza verde. En una de las bajadas más fuertes Lucas tomó velocidad y a su lado bajaba volando una garza, increíble. Y justo en ese momento yo escuché algo que se movía entre los arbustos. Buf, cuánta vida hay en ese lago. Llegando al final vimos unas cuantas gaviotas bañándose y tomando el sol en la orilla de este paraje. ¡Ah! y saliendo de casa vimos un halcón.

Sitio ideal para ir de picnic
Fue un día fantástico, naturaleza, sol, entrenamiento para El Camino y al llegar a casa arroz negro para comer. Rico, rico.


miércoles, 18 de enero de 2012

Servicios Públicos


Una de las cosas que me gusta de Portugal es que puedes encontrar servicios públicos y gratuitos en todas las ciudades, pueblos, parques e incluso en la playa. Con servicios públicos me refiero a baños, toilets, aseos, WC's, urinarios, etc. En las ciudades como Oporto o Lisboa puedes encontrar la típica cabina estrecha y a veces no demasiado limpia, pero también hay amplios servicios que, por lo general los hemos encontrado bastante limpios, con su papel y su jaboncito para limpiarte las manos .  Yo sólo pagué en una ocasión 0,50€ en Lisboa, al lado de la Torre de Belém y según decía el cartel, el dinero recaudado iba a parar a una asociación - ahora no recuerdo muy bien de qué -. En Lisboa también he visto otro concepto de urinario pero sólo para hombres. Se trata simplemente de un rincón medio oculto con una verja de forja a los pies del Castillo de San Jorge. ¡Alucinante! Al menos los que hay en Amsterdam de este tipo tapan mejor las vergüenzas.

Recuerdo que en las distintas playas que visitamos en verano pasado como la de Figueira da Foz o la de São Pedro de Moel también había aseos con ducha y lavapiés.

También hemos visto la combinación de baños y lavaderos. Por ejemplo en Oporto, en la ribera del río hay unos con duchas, con lavadero tradicional, lavadoras y secadoras. Esto ya es de pago, pero el coste es mínimo. Aquí en Peniche también hay un lavadero tradicional pero aún no hemos ido a ver si lo usan las mujeres del pueblo.

En fin, me parece muy cómodo y práctico que existan estos servicios tanto en los sitios turísticos como en los que no lo son y que además sean gratuitos.

Un dato curioso es que en todos los servicios de bares, escuelas, universidad, hostels, etc. tienen junto al jabonero un papel explicativo con texto e imágenes de cómo lavarte las manos en 12 pasos.

lunes, 16 de enero de 2012

Café Âncora d'Ouro o "Piolho" en Oporto


Uno de los sitios que recomendamos para comer en Oporto es el Café d'Ouro. Este bar-restaurante situado en la Praça de Parada Leitão (junto antigua Facultad de Ciencias - hoy Museo de Historia Natural) lleva abierto más de 100 años, es una de las cafeterías más antiguas de la ciudad y fue la primera en tener electricidad, televisión y en adquirir la máquina de café italiana marca "Cimballi".

Cuando entras en el bar, a mano derecha hay un cuadrado-quiosco, muy peculiar. Las mesas están casi todas juntas, formando largos pasillos. Una vez te sientas, lees la carta y pides empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta que de las paredes cuelgan  lápidas. Ante el asombro, te fijas bien y lees. Son obsequios de los estudiantes, de las promociones de medicina y otras titulaciones que se impartían en el edificio de enfrente, esa antigua universidad. Las placas las regalan en agradecimiento a todos los buenos momentos vividos en aquel bar. Conmovedor e inquietante, por aquí ha pasado mucha gente y se han vivido muchas cosas. Esta es una de las razones para comer aquí.

El otro motivo es probar uno de los platos típicos de la ciudad, la francesinha, una marranada de las buenas. Se trata de un sándwich relleno de longaniza, bacon, mortadela, jamón, filete de vaca o lomo de cerdo, cubierto de queso derretido y un huevo frito. Todo esto encima de una salsa picante y acompañado por un plato de patatas fritas. Evidentemente se come con chuchillo y tenedor.
La primera vez que la probamos (una por persona, si vas con mucha hambre), nos bebimos casi un litro de cerveza cada uno, para que pudiera pasar todo aquello y para aliviar el picante. Después de este espectáculo de grasas y carne lo mejor es echarte una siesta.
¿Qué os parece?
Esta es una de las cosas típicas de Oporto.
Así que hay que probarla.

Como curiosidad, decir, que una página americana sobre destinos turísticos, consideró la francesinha como uno de los 10 mejores sándwiches del mundo.




domingo, 15 de enero de 2012

Coimbra


No hemos tenido la oportunidad de repetir una visita a Coimbra, pero el recuerdo que tenemos de esa ciudad es muy bueno. Era finales de verano cuando estuvimos, así que gozamos de un tiempo fantástico para hacer turismo.  Dejamos el coche en la parte de abajo, junto al río Mondego para ascender hasta lo alto de la ciudad con las bicicletas. Durante trayecto intentaba contemplar los edificios a la vez que hacía lo posible para no caer de la bici, pues las calles son muy empinadas y algunas con adoquín, lo que dificulta el ascenso. Intenté no poner el pie en el suelo en ningún momento, pero fue inevitable, en los últimos metros de la cuesta que nos llevaban hasta la plaza de la Universidad tuve que apearme de la bicicleta y subir con ella al lado.

Con las bicis aparcadas dimos un paseo por los pasillos y el claustro de aquel viejo e histórico edificio, es la primera universidad del país. A nosotros nos pareció el escenario perfecto para rodar escenas de terror. A pesar de las obras en la plaza aún pudimos asomarnos un poco para contemplar las fabulosas vistas desde ahí arriba.

De ahí bajamos hasta el Jardín Botánico, en el que estaban haciendo un reportaje fotográfico de una boda, quizás una de las bodas más horteras de los últimos tiempos. ¡Vaya modelitos! Pasamos de largo y acabamos en la parte de abajo del jardín, rodeados de árboles altísimos y plantas preciosas. Mientras paseábamos se nos acercó un amable hombre de seguridad que nos recomendó candar las bicicletas y dar el paseo por el jardín sin las bicis arrastras. Al darse cuenta que éramos españoles nos contó un poco su vida, nos preguntó por la nuestra y mantuvimos una conversación muy amena. Seguimos con nuestro paseo y nos topamos con Sky Garden:  un espacio de aventura entre la frondosa vegetación del parque. No sabíamos muy bien de qué se trataba, pero ahora que nos lo han recomendado nos lo reservamos para la siguiente visita.

Continuamos el tour por las dos orillas del río Mondego, parándonos a ver los patitos, las barcas y los piragüistas que pasaban por allí. Había muchísima gente practicando deporte y familias con los pequeños paseando o jugando. De ahí nos dirigimos a "Portugal dos Pequenitos", un parque temático hecho a escala de los monumentos y construcciones típicas del país, así como pabellones de las colonias que tienen alrededor del mundo. Es muy divertido porque puedes meterte dentro de las casitas y asomarte por las ventanas y balcones.




Ese día comimos en un pequeño restaurante, del cual nos enamoramos, por el trato que recibimos, por la elaboración de los platos y su calidad. Entramos a un pequeño saloncito con las mesas ya preparadas, mantel de tela, copas, flores y una vela en cada mesa. Llegó la camarera y nos explicó con una voz muy suave en qué consistía el menú y el precio. Era un menú cerrado, sólo con opción de elegir el plato principal entre carne o pescado. Antes de que nos sirvieran el primer plato pedimos un refresco pero únicamente nos dejaron beber agua por recomendación del chef, ya que la cerveza o el vino adulteraría el sabor de la sopa. Increíble pero cierto. Lo siguiente que nos sorprendió fue el modo de servir. Para los primeros platos salía la camarera con una sopera o la ensaladera e iba sirviendo por el orden de llegada, así que más o menos comíamos todos a la vez. Durante el primer plato salió el chef a saludar a los comensales conocidos y a presentarse a los nuevos. Un señor muy agradable y simpático. Después de la sopa y la ensalada nos sirvieron un pan casero recién horneado con trozos de zanahoria por dentro, acompañado por un poco de queso tierno y un chorrito de aceite de oliva. Delicioso. Para el plato principal elegimos uno de cada y así lo probamos todo. Aún recuerdo el sabor escabechado de la merluza con base de arroz, mmm...qué rico. El de carne también estaba delicioso, acompañado de setas y arroz. Para beber, después de la sopa, optamos por el vino blanco de la casa. El menú parecía de boda, por la presentación y las pautas entre los platos, una delicia. Para finalizar nos sirvieron unos vasitos de mousse de chocolate con pepitas de sal gorda. Un sabor indescriptible, buenísimo. Nos quedamos más que satisfechos. Comimos de lujo a un precio de lujo, 8€ por persona.

¡A ver cuando podemos volver!

sábado, 14 de enero de 2012

Cine

Anoche fuimos al cine de Caldas de Rainha, una pequeña ciudad cerquita de Peniche.
Fue la primera vez que íbamos al cine aquí en Portugal. Los cines son como en casi todos lados, dentro del centro comercial, con las palomitas y refrescos.
Vimos Sherlock Holmes 2: Juego de Sombras. La película nos estaba gustando mucho, aparte de la trama y los efectos especiales, verla en el cine en versión original con subtítulos en portugués es un auténtico placer. Creo que se aprecia mejor el énfasis en los diálogos. Hasta aquí todo normal y perfecto, cuando de repente, en una de las escenas con más intriga y suspense, se paró la película. - ¡Oh, se ha roto el film! - pensé en esas milésimas de segundo hasta que acto seguido apareció en la pantalla "INTERVALO". Luces encendidas y la gente que salía de la sala. ¿Cómo? ¿Un descanso en una película que dura 2 horas? No entendíamos aquella pausa, nunca lo habíamos vivido. Al menos la pausa sólo dura 5 minutos pero no deja de ser una "cortada de rollo"

lunes, 9 de enero de 2012

Óbidos

Óbidos es una pequeña ciudad fortificada, situada al este de Peniche. Es un pueblo realmente bonito, ya desde la carretera ves como la muralla rodea el pueblecito y sientes unas ganas enormes de visitarlo.

En la entrada al pueblo siempre hay muchos autobuses y coches. Y no es de extrañar, porque a parte del encanto natural del pueblo con sus casitas blancas, sus jardines y sus tiendas de artesanía, exprimen al máximo los recursos que ofrecen sus murallas, su historia y sus productos típicos.



Porta da Vila

 Antes de entrar en sus murallas siempre hay puestecitos de fruta, verdura, frutos secos y dulces. Una vez pasada la Porta da Vila tienes una imagen perfecta de lo que te vas ha encontrar paseando por sus calles. Yo recomiendo dar el primer vistazo al pueblo desde las alturas, y es que puedes pasear por encima de la muralla y rodear todo el pueblo. Desde ahí se contempla el acueducto, las diferentes iglesias, los patios interiores de las casitas, los campos de cultivo y las poblaciones vecinas.

Vistas desde la muralla
  
Cuando bajas a pasear por sus calles, irremediablemente, entran ganas de detenerte en cada tienda y curiosear  los diferentes tipos de artesanía de la región, como complementos fabricados con corcho, jerseys de punto, la cerámica, el vino, el chocolate y el licor de Ginja. En casi todas las tiendas venden el típico licor de ginja servido en una tazita de chocolate. Dicen que está muy bueno el contraste del chocolate con el dulzor del licor. Si he entendido bien, la ginja es la guinda, la cereza.


Casa Rural



A pesar de la gran afluencia de turistas, puedes perderte por las otras calles más solitarias, con menos comercios y sentir e imaginar como vivían los habitantes de este pueblecito en época de reyes y princesas.




Como decía antes, en Óbidos aprovechan bien los recursos, ya que en la parte exterior de las murallas han habilitado una zona para los diferentes eventos que organizan a lo largo del año. Por ejemplo, durante el mes de diciembre se podía visitar Vila Natal, con su pista de patinaje sobre hielo, su Ice-bar, su Carrusel, un laberinto y un montón de actividades para niños. El ambiente navideño se respiraba por cada rincón del pueblo, con su Nacimiento a tamaño real, la típica decoración en tiendas y balcones y una buena iluminación de la muralla por el exterior.

En marzo tiene lugar el Festival del Chocolate y en julio celebran el Mercado Medieval, al que se puede asistir con un vestido de la época prestado por el Ayuntamiento. Así que ya sabéis, estas son dos buenas ocasiones para venir a vernos.

Otros eventos de Óbidos están relacionados con la el teatro, la música barroca, el piano, la ópera y por supuesto Semana Santa y las fiestas patronales.